“Summer
estaba en un sitio extraño. Era inmenso, por una parte había un bosque de un
color verde fuerte y por otra parte había una parte llena de agua, como un lago
muy grande. Summer fue a echarse agua en la cara cuando vio su reflejo en ella.
Tenía los ojos grandes, hipnóticos e dorados y tenía sombra negra debajo de ellos.
Era muy difícil no fijarse en ellos.
De
repente, su anillo, el cual le dio su padre de pequeño y que lleva colgado de
su cuello toda la vida, empezó a brillar con una luz brillante e intensa. Su
cuerpo empezó a notar dolor, un dolor dentro de él, que cada vez dolía más y
más. Estaba perdiendo el conocimiento, pero antes de perderlo, vio a un pequeño
tigre reflejado en el agua, en vez de él...”
¿Qué puñetas ha sido eso? –dijo Summer. - Puff...
vaya pesadilla... De verdad odio soñar. – Se sentó en la cama, despeinado y
medio despierto, con sus cabellos oscuros de recién levantado, ojos soñolientos
y sudando.
Se levantó, y fue directo a su espejo.
Menos mal – pensó. - Mis ojos siguen siendo
verdes como las manzanas. Y el anillo sigue como lleva toda la vida.
Aún recuerdo cuando me lo dio mi
padre. –Pensaba- Era mi cumpleaños, cumplía los seis, todo un renacuajo y él me
regaló ese anillo diciéndome:
“-Lo que te voy a dar ahora es muy
importante. Quiero que lo tengas cerca de ti siempre, y cuando tengas edad y
oportunidad, busca su origen. También recuerda, que te quiero como a un hijo.
Feliz cumpleaños, Summer.
Su padre le entregó una cajita pequeña y negra.
En ella había un anillo enganchado a un colgante.
-Gracias papá. Lo cuidaré siempre.”
Ahora que lo recuerdo – pensaba - ¿Por qué me
dijo eso? Como si no fuese su hijo... pss... mejor no pensar en eso, no me
gusta mucho. El saber que ya no está aquí para poder preguntarle...
Miró en dirección a su muñeca, justo a su reloj.
Las doce y media... -pensó- Y
aún tengo que hacer todos los deberes y estudiar para tres exámenes...
Toc, toc. -Alguien tocaba la puerta- ¿Se puede,
Summer? - Se trataba de su madre.
-Claro, mamá. ¿Qué quieres?
-Vaya por Dios, no me digas que te acabas de
levantar a estas horas... Eres un desastre.
-Estaba cansado, toda esta semana la he tenido
llena de exámenes y me he acostado a las dos de la madrugada... Hoy necesitaba
dormir, compréndelo.
-Vale. Bueno, pues ponte en marcha y haz algo de
provecho ¿quieres? Yo voy al trabajo.
-Vale, adiós. Cierra la puerta por favor.
Su madre cerró la puerta y este dejo la
cama desordenada, con todas sábanas desperdigadas y fue a la planta de abajo a
desayunar.
-Ahhhhhhh...! Tengo hambre... a ver qué hay de
comida.. -Summer rebuscó en los cajones y en los armarios de la cocina y lo
único que pudo sacar fue una caja de cereales, un paquete de galletas y un
cartón de leche. -Con esto me las apaño, supongo.
Summer calentó la leche y la vertió en un vaso, después
de esto hizo lo mismo con los cereales, echándolos a un cuenco y poniéndole una
cuchara. Este cogió todo y se lo llevó al salón. El salón era muy luminoso.
Desde la entrada, la pared izquierda era toda una ventana, por ello era tan
luminosa. Además de la ventana en esa misma pared se encontraba un sillón de
color negro con unos cojines blancos. Había un sillón igual al lado, a lo vertical, y enfrente de este estaba la
televisión de plasma enorme pegada en la pared con dos altavoces a los dos
lados, y entre el sofá y la televisión había una mesa cuadrada y negra, no muy
grande. Debajo de la mesa había una alfombra roja. A la derecha había un sillón
largo, para tumbarse a leer con una lámpara alta al lado. Lo demás estaba
complementado con muebles y figuritas.
Summer dejó la comida en la mesa y encendió la
televisión. Este cogió el mando y se tiró en uno de los sofás. Tumbado, fue
pasando canal a canal, pero no había nada que le interesara.
Deportes, teletienda, telenovelas, noticias,
dibujos, hasta que encontró MTV y lo dejó. Estaba el programa MTV Tunning.
A Summer le gustaba ver como tuneaban los
coches, sobretodo, como los pintaban.
Mientras
tanto, cogió el tarro de cereales y se sentó con las piernas cruzadas. Ahí
estaba, tan tranquilo desayunando y viendo la televisión. Cuando terminó
recogió los platos y los lavó.
Summer corrió hacia la
planta de arriba por las escaleras y se dirigió hacia el servicio. Este se
encerró en él y se dio una ducha de agua caliente. Cuando terminó, se salió de
la ducha con una toalla alrededor de la cintura y abrió la puerta un poco para
que saliera el vapor. Summer se dio la vuelta directo a coger sus zapatillas de
casa y de repente la puerta se abrió de par en par, como por arte de
magia. Summer no se dio cuenta y después de eso unas manos se posaron en sus
hombros.
-¡AHHHHHHH! –gritó Summer, con los ojos bien
abiertos.
-No me esperaba ese saludo de ti, cariño mío.
Summer reconocía muy bien esa voz. Se trataba de
su primo Nicholas.
-Ni yo esperaba que vinieses a violarme cuando
estoy indefenso. Anda suéltame ya, pareces una lapa.
-Aww.. estás tan mono.. mojadito.. ¿Y si tiramos
de la toalla? Venga quiero descubrir ese tesoro tuyo –dijo Nick con una
sonrisita burlona.
-Azlo y te mato con mis propias manos –Summer le
miró con una mirada asesina.
-Vale, vale. Tan simplemente era una broma. Te espero
en el salón, venga vístete, tengo que hablarte de una cosa importante.
Nick quitó las manos de sus hombros y se las
metió en sus bolsillos. Este desapareció bajando las escaleras.
Este tío siempre tan rarito.. –susurraba enojado-
¿Por qué tiene que hacerme eso? ¿Acaso le gustan los tíos? Pss..
Summer se dirigió a su habitación. Este cogió unos bóxers, unos vaqueros, una
camiseta de manga corta blanca junto a una sudadera roja y sus converse negras
de su armario.
Arrojó la toalla a su cama y se lo puso todo.
Después de recoger todo lo que había en el servicio, bajó.
-Haber, ¿de qué se trata eso importante?
-Espera… ¡Toma! ¡Ganaron dos a cero!
Summer cogió el mando y apagó la televisión.
-Deja de ver el fútbol. Tengo prisa.
-Eran las noticias…-dijo, poniendo morritos-
Pues verás, ¿te acuerdas de que el cumpleaños de tu madre era el 18 de Junio?
-Hmm...sí. ¿Qué pasa?
-¿No te acordabas, verdad? Ji,ji,ji.
-Sí me acordaba, es mi madre. Y no te rías así,
pareces el malvado loco de las películas.
-¿Sabes, Summer? Me deprimes. Podrías tener un
poquitín de sentido del humor.
-Sí, sí. Todo lo que tú digas. Sigue contando.
-Pues verás, como
tu madre Amanda se la ve deprimida por lo de la muerte de tu padre pues mi
madre ha pensado en una fiesta sorpresa y me…¡Te quieres sentar, por el amor de Dios! No como,
¿sabes?
-¿Seguro? Es que como
hace nada me querías dejar desnudo pues pensaba que me querías comer... -Summer se sentó a su lado, desasiéndose de sus zapatillas
con los pies y cruzando las piernas de nuevo.
-Y como sigas con tus bromitas tontas, un
día te dejaré en pelotas en tu azotea, como exhibición, haber que piensa la
gente de ti.
-No eres capaz.. -esas tres palabras
fueron las únicas que pudo decir Summer. En realidad su primo Nicholas le daba
miedo con ese tipo de cosas.
-Já...¿como que no, eh? Ten cuidado hoy
cuando duermas, vaya a ser que te esté esperando debajo de la cama, cuando
menos te lo esperes...
-Nick. No soy un crío, ¿vale? Me estoy
hartando ya. Te repito que tengo prisa, tengo que estudiar. ¿Que pasa con la
fiesta?
-Te vas a pasar toda la vida estudiando
Dios..Pues haber, mi madre me ha dicho que hagas lo que sea para que el día 18
no esté tu madre durante el mediodía y averigua la hora a la que volverá. Y que
los dos días anteriores dice que tiene unas reuniones importantes y se quedará
a dormir en hoteles. Ni idea de como se ha enterado. Bueno que en esos dos días
hay que organizar la fiesta y dice que tienes que ayudar. ¿Me has entendido?
-Sí, entendido. ¿Algo más de lo que me
tenga que enterar?
-No, que yo sepa. Bueno.. lo siento
Summer. Simplemente quería animarte. Tú también estás diferente.. y sé que es
por tu padre.. Mira, lo siento por ello, ya sé que para ti era tu padre y para
mí mi tío, pero yo también lo quería. Era el mejor. Y no hay nada que puedas
hacer.. simplemente sigue con tu vida y se feliz.
-Es tan fácil decirlo pero tan difícil
hacerlo... Yo quiero ser algo, como lo fue él de arqueólogo, y por eso tengo
que luchar por no pensar en él y estudiar.
-Estudiar, estudiar y estudiar. Te podrías
ligar a una piba con unas buenas...
-Eh...esto, Nick, ¿yo no soy como tú,
vale?
-Ya me he dado cuenta. Bueno, te dejo. Ah,
sí. Toma, un regalito. Que lo disfrutes. -Nick le sonrió con una amplia
sonrisa-. Pero no te acuestes más tarde de lo que te acuestas. Xaitou, ¡amore
mío!
Summer le miró con una cara rara, pensando
porque le decía eso, pero este le respondió:
-Hasta el miércoles.
Y cerró la puerta. Este subió las
escaleras y se fue directo a su habitación. Estuvo estudiando desde las una de
la mañana hasta las seis de la tarde.
-Bueno.. ya me se toda la teoría de las
mates y la práctica se me da bien.. -susurró feliz-. ¿Que será lo que me ha
comprado el idiota este? -Summer miró fijamente la caja envuelta en un papel de
color naranja y con un lazo verde. Este quitó el lazo delicadamente al igual
que hizo con el papel, pues le gustaba y podría utilizarlo él.
-¡Guaaau! ¡Es el nuevo manga de Rave! ¡Oh,
Dios, como le quiero!
Summer se puso a leer el manga que Nick le
había regalado. Y se quedó dormido sobre el escritorio, con la cabeza encima del
manga.
-Cariño... cariño despierta. -susurró una
dulce voz.
-¿Hm? ¿Mamá? -dijo adormilado.
-Sí. Anda metete en la cama, estarás más
agusto.
-Pues vale.
Summer se tiró a la cama, con los zapatos
puestos, pero tenía tanto sueño que ni se preocupó en quitárselos.
Su madre, que estaba algo preocupada por
él, le quitó los zapatos y la camiseta y además lo colocó en una postura cómoda
y tapándole con la sábana.
-Que duermas con los angelitos -dijo y le
dio un beso en la frente como hacía cuando era pequeño.
Summer había vuelto a tener una pesadilla
parecida a la de antes. Abrió las persianas, era de día. Se escuchaba un ruido
extraño. -Serán los vecinos -pensó-. Pero se
equivocaba.
Como el ruido no paraba y
molestaba mucho pensó en buscar que lo causaba hasta que se cansó.
Fue al servicio a hacer
sus necesidades y de repente, al abrir la puerta se encontró un pequeño tigre
de ojos grandes.
A Summer le iba a dar un
infarto.
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