viernes, 6 de julio de 2012

S. Paradise: Capítulo 1. El pequeño tigre


“Summer estaba en un sitio extraño. Era inmenso, por una parte había un bosque de un color verde fuerte y por otra parte había una parte llena de agua, como un lago muy grande. Summer fue a echarse agua en la cara cuando vio su reflejo en ella. Tenía los ojos grandes, hipnóticos e dorados y tenía sombra negra debajo de ellos. Era muy difícil no fijarse en ellos.
De repente, su anillo, el cual le dio su padre de pequeño y que lleva colgado de su cuello toda la vida, empezó a brillar con una luz brillante e intensa. Su cuerpo empezó a notar dolor, un dolor dentro de él, que cada vez dolía más y más. Estaba perdiendo el conocimiento, pero antes de perderlo, vio a un pequeño tigre reflejado en el agua, en vez de él...”

¿Qué puñetas ha sido eso? –dijo Summer. - Puff... vaya pesadilla... De verdad odio soñar. – Se sentó en la cama, despeinado y medio despierto, con sus cabellos oscuros de recién levantado, ojos soñolientos y sudando.
Se levantó, y fue directo a su espejo.
Menos mal – pensó. - Mis ojos siguen siendo verdes como las manzanas. Y el anillo sigue como lleva toda la vida.
Aún recuerdo cuando me lo dio mi padre. –Pensaba- Era mi cumpleaños, cumplía los seis, todo un renacuajo y él me regaló ese anillo diciéndome:

-Lo que te voy a dar ahora es muy importante. Quiero que lo tengas cerca de ti siempre, y cuando tengas edad y oportunidad, busca su origen. También recuerda, que te quiero como a un hijo. Feliz cumpleaños, Summer.
Su padre le entregó una cajita pequeña y negra. En ella había un anillo enganchado a un colgante.
-Gracias papá. Lo cuidaré siempre.”

Ahora que lo recuerdo – pensaba - ¿Por qué me dijo eso? Como si no fuese su hijo... pss... mejor no pensar en eso, no me gusta mucho. El saber que ya no está aquí para poder preguntarle...
Miró en dirección a su muñeca, justo a su reloj. Las doce y media...           -pensó- Y aún tengo que hacer todos los deberes y estudiar para tres exámenes...
Toc, toc. -Alguien tocaba la puerta- ¿Se puede, Summer? - Se trataba de su madre.
-Claro, mamá. ¿Qué quieres?
-Vaya por Dios, no me digas que te acabas de levantar a estas horas... Eres un desastre.
-Estaba cansado, toda esta semana la he tenido llena de exámenes y me he acostado a las dos de la madrugada... Hoy necesitaba dormir, compréndelo.
-Vale. Bueno, pues ponte en marcha y haz algo de provecho ¿quieres? Yo voy al trabajo.
-Vale, adiós. Cierra la puerta por favor.
Su madre cerró la puerta y este dejo la cama desordenada, con todas sábanas desperdigadas y fue a la planta de abajo a desayunar.


-Ahhhhhhh...! Tengo hambre... a ver qué hay de comida.. -Summer rebuscó en los cajones y en los armarios de la cocina y lo único que pudo sacar fue una caja de cereales, un paquete de galletas y un cartón de leche. -Con esto me las apaño, supongo.
Summer calentó la leche y la vertió en un vaso, después de esto hizo lo mismo con los cereales, echándolos a un cuenco y poniéndole una cuchara. Este cogió todo y se lo llevó al salón. El salón era muy luminoso. Desde la entrada, la pared izquierda era toda una ventana, por ello era tan luminosa. Además de la ventana en esa misma pared se encontraba un sillón de color negro con unos cojines blancos. Había un sillón igual al lado, a lo  vertical, y enfrente de este estaba la televisión de plasma enorme pegada en la pared con dos altavoces a los dos lados, y entre el sofá y la televisión había una mesa cuadrada y negra, no muy grande. Debajo de la mesa había una alfombra roja. A la derecha había un sillón largo, para tumbarse a leer con una lámpara alta al lado. Lo demás estaba complementado con muebles y figuritas.
Summer dejó la comida en la mesa y encendió la televisión. Este cogió el mando y se tiró en uno de los sofás. Tumbado, fue pasando canal a canal, pero no había nada que le interesara.
Deportes, teletienda, telenovelas, noticias, dibujos, hasta que encontró MTV y lo dejó. Estaba el programa MTV Tunning.
A Summer le gustaba ver como tuneaban los coches, sobretodo, como los pintaban.                                                                                              
Mientras tanto, cogió el tarro de cereales y se sentó con las piernas cruzadas. Ahí estaba, tan tranquilo desayunando y viendo la televisión. Cuando terminó recogió los platos y los lavó.                      
Summer corrió hacia la planta de arriba por las escaleras y se dirigió hacia el servicio. Este se encerró en él y se dio una ducha de agua caliente. Cuando terminó, se salió de la ducha con una toalla alrededor de la cintura y abrió la puerta un poco para que saliera el vapor. Summer se dio la vuelta directo a coger sus zapatillas de casa y de repente la puerta se abrió de par en par, como por arte de magia. Summer no se dio cuenta y después de eso unas manos se posaron en sus hombros.
-¡AHHHHHHH! –gritó Summer, con los ojos bien abiertos.
-No me esperaba ese saludo de ti, cariño mío.
Summer reconocía muy bien esa voz. Se trataba de su primo Nicholas.
-Ni yo esperaba que vinieses a violarme cuando estoy indefenso. Anda suéltame ya, pareces una lapa.
-Aww.. estás tan mono.. mojadito.. ¿Y si tiramos de la toalla? Venga quiero descubrir ese tesoro tuyo –dijo Nick con una sonrisita burlona.
-Azlo y te mato con mis propias manos –Summer le miró con una mirada asesina.
-Vale, vale. Tan simplemente era una broma. Te espero en el salón, venga vístete, tengo que hablarte de una cosa importante.
Nick quitó las manos de sus hombros y se las metió en sus bolsillos. Este desapareció bajando las escaleras.
Este tío siempre tan rarito.. –susurraba enojado- ¿Por qué tiene que hacerme eso? ¿Acaso le gustan los tíos? Pss..
Summer se dirigió a su habitación.  Este cogió unos bóxers, unos vaqueros, una camiseta de manga corta blanca junto a una sudadera roja y sus converse negras de su armario.
Arrojó la toalla a su cama y se lo puso todo. Después de recoger todo lo que había en el servicio, bajó.
-Haber, ¿de qué se trata eso importante?
-Espera… ¡Toma! ¡Ganaron dos a cero!
Summer cogió el mando y apagó la televisión.
-Deja de ver el fútbol. Tengo prisa.
-Eran las noticias…-dijo, poniendo morritos- Pues verás, ¿te acuerdas de que el cumpleaños de tu madre era el 18 de Junio?
-Hmm...sí. ¿Qué pasa?
-¿No te acordabas, verdad? Ji,ji,ji.
-Sí me acordaba, es mi madre. Y no te rías así, pareces el malvado loco de las películas.
-¿Sabes, Summer? Me deprimes. Podrías tener un poquitín de sentido del humor.
-Sí, sí. Todo lo que tú digas. Sigue contando.
-Pues verás, como tu madre Amanda se la ve deprimida por lo de la muerte de tu padre pues mi madre ha pensado en una fiesta sorpresa y me…¡Te quieres sentar, por el amor de Dios! No como, ¿sabes?
-¿Seguro? Es que como hace nada me querías dejar desnudo pues pensaba que me querías comer...  -Summer se sentó a su lado, desasiéndose de sus zapatillas con los pies y cruzando las piernas de nuevo.
-Y como sigas con tus bromitas tontas, un día te dejaré en pelotas en tu azotea, como exhibición, haber que piensa la gente de ti.
-No eres capaz.. -esas tres palabras fueron las únicas que pudo decir Summer. En realidad su primo Nicholas le daba miedo con ese tipo de cosas.
-Já...¿como que no, eh? Ten cuidado hoy cuando duermas, vaya a ser que te esté esperando debajo de la cama, cuando menos te lo esperes...
-Nick. No soy un crío, ¿vale? Me estoy hartando ya. Te repito que tengo prisa, tengo que estudiar. ¿Que pasa con la fiesta?
-Te vas a pasar toda la vida estudiando Dios..Pues haber, mi madre me ha dicho que hagas lo que sea para que el día 18 no esté tu madre durante el mediodía y averigua la hora a la que volverá. Y que los dos días anteriores dice que tiene unas reuniones importantes y se quedará a dormir en hoteles. Ni idea de como se ha enterado. Bueno que en esos dos días hay que organizar la fiesta y dice que tienes que ayudar. ¿Me has entendido?
-Sí, entendido. ¿Algo más de lo que me tenga que enterar?
-No, que yo sepa. Bueno.. lo siento Summer. Simplemente quería animarte. Tú también estás diferente.. y sé que es por tu padre.. Mira, lo siento por ello, ya sé que para ti era tu padre y para mí mi tío, pero yo también lo quería. Era el mejor. Y no hay nada que puedas hacer.. simplemente sigue con tu vida y se feliz.
-Es tan fácil decirlo pero tan difícil hacerlo... Yo quiero ser algo, como lo fue él de arqueólogo, y por eso tengo que luchar por no pensar en él y estudiar.
-Estudiar, estudiar y estudiar. Te podrías ligar a una piba con unas buenas...
-Eh...esto, Nick, ¿yo no soy como tú, vale?
-Ya me he dado cuenta. Bueno, te dejo. Ah, sí. Toma, un regalito. Que lo disfrutes. -Nick le sonrió con una amplia sonrisa-. Pero no te acuestes más tarde de lo que te acuestas. Xaitou, ¡amore mío!
Summer le miró con una cara rara, pensando porque le decía eso, pero este le respondió:
-Hasta el miércoles.

Y cerró la puerta. Este subió las escaleras y se fue directo a su habitación. Estuvo estudiando desde las una de la mañana hasta las seis de la tarde.
-Bueno.. ya me se toda la teoría de las mates y la práctica se me da bien.. -susurró feliz-. ¿Que será lo que me ha comprado el idiota este? -Summer miró fijamente la caja envuelta en un papel de color naranja y con un lazo verde. Este quitó el lazo delicadamente al igual que hizo con el papel, pues le gustaba y podría utilizarlo él.
-¡Guaaau! ¡Es el nuevo manga de Rave! ¡Oh, Dios, como le quiero!
Summer se puso a leer el manga que Nick le había regalado. Y se quedó dormido sobre el escritorio, con la cabeza encima del manga.


-Cariño... cariño despierta. -susurró una dulce voz.
-¿Hm? ¿Mamá? -dijo adormilado.
-Sí. Anda metete en la cama, estarás más agusto.
-Pues vale.
Summer se tiró a la cama, con los zapatos puestos, pero tenía tanto sueño que ni se preocupó en quitárselos.
Su madre, que estaba algo preocupada por él, le quitó los zapatos y la camiseta y además lo colocó en una postura cómoda y tapándole con la sábana.
-Que duermas con los angelitos -dijo y le dio un beso en la frente como hacía cuando era pequeño.


Summer había vuelto a tener una pesadilla parecida a la de antes. Abrió las persianas, era de día. Se escuchaba un ruido extraño. -Serán los vecinos -pensó-. Pero se equivocaba.
Como el ruido no paraba y molestaba mucho pensó en buscar que lo causaba hasta que se cansó.
Fue al servicio a hacer sus necesidades y de repente, al abrir la puerta se encontró un pequeño tigre de ojos grandes.

A Summer le iba a dar un infarto.

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