http://believeinstories.blogspot.com.es/2012/07/capitulo-1-el-pequeno-tigre.html
-Gatito, gatito...-susurraba Caitlyn- bueno... tigre... Joder, ¿Dónde se
habrá metido?
-¡ME CAGO EN LA PUTAAA! –se escuchó-.
-Vale, me apuesto lo que sea a que eso lo ha causado el tigre.-comentó
Caitlyn- Haber, procedía de esa casa. Tendré que pensar en algún plan.
-¡Que dientes! ¡No, no, NO! No te muevas, no te acerques, ¡joder! ¿Por qué
a mí? –gritaba alterado Summer.
-Grr… -el pequeño tigre con un color naranja fuerte de piel y unos ojos
grandes, intensos y dorados se estaba acercando a Summer.
Summer se estaba poniendo demasiado nervioso. No sabía que hacer pues esto
nunca le había sucedido. Se había quedado con el cerebro en blanco.
El pequeño tigre se había acercado bastante a Summer. Summer se había
callado. Se había quedado quieto, tranquillo. Agachado, Summer se quedó mirando
fijamente al tigre.
« Siento algo, algo que
nos une, este tigre…este tigre me conoce…pero… »
Ding, dong –alguien tocaba a la puerta.
-Mierda, ¿y ahora quién es? –susurró cabreado- Vale, bonito quédate aquí,
¿vale?
El tigre se sentó, obediente. Summer le encerró en el cuarto de baño, justo
donde estaba, sin echar el pestillo y sin apagar la luz y se dirigió a la
puerta.
Antes de abrir, Summer se molestó en mirar por el agujerito que tenía la
puerta. Era una chica, una chica con un cabello verde. Summer cada vez flipaba más.
Y lo mejor de todo era que Summer abrió la puerta.
-Buenas, caballero. ¿Por casualidad no habrá visto una cría de tigre, de
piel color naranja y ojos dorados, de un tamaño así? –la chica del pelo verde
le indicó el tamaño con sus dos manos, como unos 30 centímetros aproximadamente.-
Es que trabajo en el zoo, soy su cuidadora y se me ha escapado.
-Eh, sí…-respondió desconfiado Summer.
Con que de eso se trataba… el tigre se había escapado del zoo, y ni se sabe
como, se había colado en el servicio. Ya entiendo…- pensaba Summer.
-¿Me puede indicar donde se encuentra? Me lo llevaré de vuelta al zoo.
-Sí, sube, por favor –le respondió Summer indicándole las escaleras y
cerrando la puerta de casa.
-Oye, ¿y en que zoo trabajas?- le preguntó Summer astutamente.
-Eh…esto…pues…
-Pues en ninguno. En Brighton el único que hay es Drusillas. Y está cerrado
por el accidente que ocurrió hace un mes aproximadamente. –le dijo Summer
cruzando los brazos y quedándose quieto en mitad de la escalera.
-Mierda… mira chico, el tigre es mío, de verdad, es que… debo mantenerlo en
secreto…-le suplicaba la chica.
-Bah… me da igual. Llévatelo de mi casa, ¿tú te crees que yo quiero un
tigre aquí? Pero que no hacía falta mentir.
-Bueno… ¿Dónde lo habías dejado?
-En el servicio, por aquí. Justo aquí.
La chica abrió la puerta y cogió al tigre, que seguía justo en el sitio en
que se había sentado antes.
-Pues me lo llevo. Muchas gracias. –le dijo la chica que volvía a la puerta
de la entrada con el tigre en brazos.
-Gracias a ti.
De repente el tigre empezó a descontrolarse en las manos de ella y volvió
de nuevo a los pies de Summer.
-Parece que me ha pillado cariño –comentó Summer.
Caitlyn miró a Summer de abajo a arriba. Era un chico corriente, con sus
zapatillas, sus vaqueros, su sudadera, su colgante…
-¡Eh! ¿Y ese anillo? –preguntó Caitlyn sorprendida.
-¿Hm? ¿Esto? –dijo Summer cogiendo su colgante.
-Sí. Justo eso.
-Un regalo de mi padre –respondió Summer, muy serio.
-¿Quién es tu padre?
-¿A ti que te importa? No son tus asuntos.
-Por favor. Es importante. Mira yo tengo este anillo, con el mismo símbolo
pero en color blanco –la chica le mostró el anillo que tenía en la mano. Era
igual solo que lo único que había diferente era el color.
-Está muerto.
-¿Eh? ¿Tú... padre?
-Sí. Así que si no te importa, llévate el puñetero tigre y lárgate, tengo
cosas más importantes que hacer.
-Pero…
-No, llévatelo.
Caitlyn cogió el tigre pero el tigre se resistió y le arañó en el brazo. El
tigre volvió a los pies de Summer pero Summer ya miraba la herida de ella con
los ojos bien abiertos.
-Oh, oh… ven, corre, tendremos que currar eso.
-Cuando se trata de una dama en apuros si eres caballeroso, ¿eh? – le dijo
la chica guiñándole un ojo.
-Já… ahora se te ve bien pero cuando te eche agua oxigenada para limpiar
esa pedazo herida verás los gritos que pegas… - mencionó Summer con un tono de
creerse superior a ella.
-Puff… tonto…
Summer fue a por la caja llena de vendas, tiritas y cosas tipo esas. Llevó
a la chica al salón y allí sentados en el sofá, le cogió del brazo y empezó a
echarle agua oxigenada por toda la herida para limpiarla. Caitlyn ya empezaba a
quejarse de que escocía mucho. El tigre los observaba desde el suelo a los dos
como si lo hubiera hecho aposta para que ella se quedase con Summer.
-Y dime, ¿Cómo te llamas? Con la larga historia del tigre no nos hemos ni
presentado. –declaró la chica.
-Yo Summer, Summer Stoner, ¿tú?
-¿En serio? ¿Summer? ¿Verano? Que bonito nombre – dijo esbozando una enorme
sonrisa.
-Sí, sí, ¿tú?
-Caitlyn. Caitlyn Evans.
-Tu nombre también es bonito –comentó Summer añadiendo otra sonrisa- Oye.
-Dim… ah… eso ha dolido…
-Perdón. De todas maneras, ya he terminado de curarte la herida. No es por
criticar ni nada de eso, solo curiosidad, pero… ¿se puede saber por qué motivo
tienes el pelo de color verde?
Caitlyn se echo a reír sin parar. No paraba de reírse y Summer le miraba
como si fuera una loca.
-Eh, oye, responde, no te rías más, yo no le veo la risa.
-¿Es que no te gusta? –dijo Cait en tono desafiante.
-Hm… para nada, me gusta. Es nuevo, no he visto a chicas con el pelo verde.
Pero te pregunto el porqué.
-Me gusta el verde. ¿Te parece una respuesta insuficiente?
-¿Tienes un zoo en tu casa?
-¿Qué? –dice Caitlyn sin tener ni idea de lo que pregunta.
-Por el tigre. Y las cicatrices que tienes por el brazo.
Caitlyn puso los ojos en blanco.
-No, no Summer. Es difícil de explicar. Pero tú… deberías saberlo, tu
padre…
-¿Otra vez? Ya te he dicho que está muerto Caitlyn. Muerto.
-¿Pero seguro que te lo dio él el anillo? –insistió Caitlyn.
-Que sí pesada. Me lo dio, me dijo que era importante, que siempre lo
llevara conmigo, que buscara su origen… pero nunca lo he entendido.
-Yo sé su origen.
-¿Y…? ¿Necesitas que te formule la pregunta?
-Venga, no. No sé si confiar en ti. Se supone que lo debo de mantener en
secreto con los mundanos, pero tú… tú actúas como uno pero el anillo…
-¿Sirve de algo que guardo bien los secretos? –dice Summer irónicamente.
Caitlyn se echa a reír. –Pues va a parecer que sí. Pero antes dame más información
sobre tus padres.
-Pues mi madre se llama Amanda Stoner. Es abogada, y pasa poco tiempo en
casa. Mi padre se llama Christopher Stoner y es, digo era… era arqueólogo.
-Puff... no me ayudas. Pero tengo el 99% de presentimiento de que tú
perteneces a mi mundo. Mira Summer, ese anillo es tu símbolo. El tuyo y el de
tu mascota. Y aquí la tienes. Ese tigre, es tuyo, sois uno. Estáis unidos. No
es que te tenga cariño. Y tú y la gente de todo Etern tenemos que eliminar a
los demonios, a los seres malvados creados por Damon. Creerás que es un cuento,
una tontería, pero es cierto.
-Señorita Caitlyn Evans, demuéstremelo, si es cierto.